En la Antigua Roma los tribunos que postulaban a cargos públicos se identificaban por la vestimenta blanca que usaban y así generaban notoriedad frente a sus electores. Hoy los candidatos tratan de mostrarse realizando pintas en las paredes, tratando de exponerse en los medios de comunicación y, en los últimos años, usando las nuevas tecnologías.
Sin embargo, la mayoría de las campañas políticas que muchos de los “pre” candidatos empiezan a armar carecen de un verdadero sustento teórico de marketing político. Es imposible que un candidato que no tenga objetivos claros llegue a ganar una elección, ejemplos sobran: uno de estos grandes perdedores fue el excandidato a la presidencia de los Estados Unidos, John McCain, en las elecciones del 2009.
En la actualidad, es necesario articular una campaña que involucre los medios tradicionales y el uso adecuado de los medios alternativos. Barack Obama es el mejor paradigma de cómo ganar una elección a base del uso de estrategias comunicacionales bien elaboradas, que involucra desde sus presentaciones en público hasta el uso de la Internet y los teléfonos celulares para hacer llegar su mensaje “esperanzador”, su mensaje de “cambio”.
Barack Obama empleó las redes sociales como eje para hacer llegar su mensaje y propuestas. Su equipo electoral logró identificar en los jóvenes su verdadero “nicho” de acción para plasmar su estrategia y ganar así las elecciones. Por ello tuvo presencia en todas las redes sociales, planificó acertadamente el conjunto de actividades y herramientas a usar y elaboró una web site eficaz, luego –a través de las redes sociales– generó presencia en la mente de su “nicho”.
Ahora bien, la gran pregunta es: ¿cuántos candidatos regionales y locales harán uso de las nuevas tecnologías y las redes sociales en las futuras elecciones? ¿Sus equipos de campaña sabrán que no se trata de estar en redes sociales solo por moda? ¿Habrán realizado una estrategia de comunicación digital?
Es necesario que recuerden que no por tener 10 mil amigos en Facebook, estos votarán por sus candidatos.
Ser un candidato digital no es fácil.